Aunque los pronósticos daban como favorito al rechazo, el 4 de septiembre en el plebiscito constitucional chileno, la nueva propuesta para sustituir a la Constitución heredada de la dictadura fue declinada por un categórico 62% de los chilenos, con más de 3 millones de votos de diferencia respecto a la opción apruebo.
Chile declina a sustituir la constitución
Chile se manifestaba de forma contundente el 25 de octubre de 2020 en un plebiscito de entrada en el que el 80% de los votantes afirmaban estar a favor de una nueva Constitución elaborada por una asamblea constituyente. Dos años después, 62% de chilenos votan en contra del texto propuesto.
Con la diferencia de que el voto obligatorio y la participación del 85%, es decir 13 de los 15 millones de chilenos convocados a las urnas hicieron que casi 8 millones de personas eligieran el rechazo, lo que supone más personas del conjunto de las que votan en unas elecciones presidenciales habituales.
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El presidente Gabriel Boric fue categórico al señalar en su discurso el domingo que “ha hablado el pueblo de Chile” de forma “fuerte y clara”, manifestando que “no quedó satisfecho con la propuesta” de la Convención.
La Convención Constitucional - fracaso indudable
La oferta del texto constitucional “fue mal evaluada por los ciudadanos, el trabajo de la Convención, el texto que también presentaba algunos problemas y algunos recelos”, explica a France 24 Nicolás Freire, cientista político y académico de la Universidad Central de Chile, para quien una de las claves del rechazo fue que "el texto se atrincheró en un bando político, el de la izquierda", dejando vacío “un espacio político de centro y de centroizquierda que terminó votando rechazo para explicar que efectivamente este país no quiere cambios tan radicales sino más moderados”, analiza.
Sin embargo, para muchos, el resultado está estrechamente ligado al trabajo de la Convención Constitucional, formada por 154 convencionales, un 76% de ellos de tendencia de izquierda e independiente, con igual cantidad de hombres y mujeres y representación de 17 escaños indígenas.
“La campaña se perdió en el trabajo de la Convención. Aquí hubo desde situaciones iniciales, desde un convencional que mintió” fingiendo una enfermedad que no tenía, Rodrigo Rojas Vade, y viéndose obligado a renunciar a “otros que tenían una soberbia, absurda y enorme, y eran sobre todo los personajes de la Lista del Pueblo” posicionada más a la izquierda y provenientes de las manifestaciones del estallido social de 2019, “pero que también se podían observar en Convencionales del partido Comunista y en algunos de Apruebo Dignidad” de la coalición oficialista del Gobierno, señala Freire.
Los convencionales fueron sin duda “un factor de desprestigio y de pérdida de legitimidad a un proceso que tuvo en inicio un 80% de respaldo”, coincide Marcelo Mella, analista político de la Universidad de Santiago.
Además, “sistemáticamente excluyeron a un sector”, el sector liberal de centroderecha, una oposición democrática, que terminó sintiéndose al margen. “Si la Convención Constitucional hubiera logrado construir acuerdos incluyendo en ciertos temas las propuestas de la derecha liberal creo que nos hubiéramos ahorrado la situación que se generó con el rechazo abrumador del proyecto”, añade el analista político.
El presidente Boric ya había trazado un camino de salida si ganaba el rechazo antes del plebiscito
Al declarar que se iniciaría otro proceso constituyente hasta que se genere un texto que suscite acuerdos para todos los chilenos. El domingo reforzó esa idea hablando de un “itinerario constituyente”, señalando que a la brevedad se definirían sus “plazos y bordes”. Las conversaciones comenzaron este mismo lunes, el día después de la elección. Sin embargo, el mandatario ya dejó claro que el Congreso Nacional –uno de los más fragmentados de la democracia en Chile- “deberá ser el gran protagonista” de este proceso.
"Es inevitable que el proceso Constituyente se retome a la brevedad, pasados los 125 días que establece la ley para establecer un nuevo proceso electoral", explica Mella.
"Claramente los partidos políticos actúan bajo la imperiosa necesidad de retomarlo" si no quieren asumir los costos por no avanzar en esta área en próximos procesos electorales. La mayor parte de los partidos del arco político chileno –desde el comunismo a sectores de la derecha liberal -salvo el Partido Republicano de José Antonio Kast- van a estar “comprometidos con retomar la agenda del proceso constituyente en el más breve plazo”, señala Mella.