El regulador del sector energético británico informó que las compañías podrán incrementar sus precios hasta 4.202 euros a partir de octubre. Esto sucede en un contexto donde existe un vacío de poder tras la salida de Boris Johnson y prosigue el encarecimiento de vida. La designación del nuevo primer ministro será el próximo 6 de septiembre.
Este viernes 26 de agosto Ofgem –regulador del sector energético británico- informó que la tarifa máxima que los proveedores de energía podrán cobrar a los usuarios se extenderá un 80% desde el primer día de octubre.De esta manera, las cifras se ampliarán hasta 4.202 euros mensuales, un costo muy superior a los 2.325 actuales, provocando un encarecimiento del coste de vida que profundiza la crisis económica y le fija desafíos al próximo primer ministro.
Este nuevo valor, el cual es una consecuencia del aumento del gas a nivel global por la guerra en Ucrania, podrá ser revisado a fin de año.
No obstante, los especialistas estiman que la inflación interanual, que actualmente está en 10,1%, puede alcanzar más del 13% en diciembre. Para enfrentar la situación, el Banco de Inglaterra subió los tipos de interés de 1,25 a 1,75%.
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La Bolsa de Valores de Londres sufrió una recaída del 0,70% en el cierre de este viernes posteriormente a que se conociera el disparo del cobro máximo en el rubro energético.
La UE paga a Rusia un 89 % más por su energía desde la invasión de Ucrania
Los precios de la energía en Europa se han disparado desde la invasión de Rusia sobre Ucrania de la que hoy se cumplen seis meses, de forma que Moscú ingresa ahora un 89 % más dinero que hace un año por exportar hidrocarburos en la Unión Europea, pese a venderle un 15 % menos de combustible.
El bloque comunitario gasta actualmente unos 13.916 millones de euros al mes en comprar carbón, petróleo y gas a Moscú, frente a los 7.330 millones de media mensual que pagaba hace un año, cuando los precios empezaban ya a dispararse por el aumento de la demanda con la recuperación económica tras la pandemia.
El cálculo emana de la serie de Eurostat entre marzo (mes de inicio de la guerra) y junio de 2022 en comparación con el mismo período de 2021, los últimos datos publicados por la oficina de estadística comunitaria tanto en valor (+89 %) como en volumen (-15 %).
Gas Natural Licuado
En su estrategia para garantizarse el suministro y protegerse ante la posibilidad de que Vladímir Putin cierre completamente el grifo del gas en invierno, los Veintisiete han llenado ya sus depósitos al 77,74 % y se han comprometido a reducir el consumo en un 15 % para afrontar la inminente temporada de frío.
La UE también está sustituyendo el combustible que fluía por gasoductos rusos por gas natural licuado (GNL) que transportan barcos desde Qatar, Egipto o Estados Unidos. Solo este último país exportó 57 millardos de metros cúbicos (bcm) a la UE en la primera mitad del 2022, frente a los 34 bcm de todo el 2021.
Pero el GNL es un producto caro respecto al gas de tubería. Además, desde el inicio de la guerra el euro se ha depreciado frente al dólar hasta su mínimo en 20 años, lo que encarece aún más la factura. En abril de 2008, un euro se cambiaba por 1,59 dólares y ahora se paga a 0,99
La situación de las dos principales economías europeas
En el caso de Francia, país altamente dependiente de la energía nuclear. La parada de numerosos reactores por necesidades de mantenimiento disparó el coste del megavatio-hora hasta los 900 euros en el mercado, diez veces más que hace un año.
En Alemania, muy dependiente del gas ruso. Los continuos cortes de suministro por parte de Gazprom y el cierre previsto del gasoducto Nordstream -el 31 de agosto- dibujan un panorama bastante complejo.
Por si no fuera poco, las energías renovables han sufrido las consecuencias de uno de los veranos más calurosos y secos que se recuerdan. Los ríos están casi vacios y sin energía para mover las centrales hidroeléctricas a pleno rendimiento. El bajo nivel de agua tampoco permite a los buques transportar combustibles, como el carbón. El viento, por su parte, ha sido el gran ausente durante las sucesivas olas de calor que han sacudido el continente.