El nuevo organismo gestionará toda la cadena productiva del mineral, desde la exploración y explotación; hasta todas las actividades relacionadas con sus productos derivados.
El Gobierno Federal publicó esta tarde el decreto donde anuncia la creación de Litio para México, cuyo acrónimo será "LitioMx", un nuevo organismo público descentralizado agrupado en el sector coordinado por la Secretaría de Energía, y cuyo objetivo será "la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio, ubicado en territorio nacional, así como la administración y control de las cadenas de valor económico de dicho mineral".LitioMx tendrá personalidad jurídica y patrimonio propios, además de autonomía técnica, operativa y de gestión, de acuerdo con el decreto publicado esta tarde. Contará con un presupuesto propio que se "se sujetará a las disposiciones contenidas en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria".
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Hasta ahora, no se ha revelado el nombre de quién dirigirá el nuevo organismo. Pero en el decreto se lee que será nombrado de manera directa por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La creación de esta empresa ocurre luego de las modificaciones hechas en abril a la Ley Minera
Para declarar al litio como un mineral que solo podrá ser explotado por el Estado. La creación de la empresa es el punto clave para las otras dos partes cruciales contenidas en la legislación: la negativa a dar más concesiones y la prohibición de la participación del capital privado en la explotación y comercialización del mineral.
En el discurso, el presidente ha comparado esta regulación con la expropiación petrolera o la nacionalización de la industria eléctrica, pero el camino para una comparación real aún es largo. Se han levantado los rumores de que el país podría tener las mayores reservas de litio del mundo, pero en realidad México no tiene certeza de la cantidad del mineral que realmente posee, aún no hay yacimientos en explotación o en fase comercial, y la mala experiencia que hay en la gestión de empresas estatales complica el panorama y aumenta las dudas entre especialistas.
México, a través del Servicio Geológico Mexicano, recién está desarrollando los análisis
Para determinar cuánto mineral hay en el subsuelo. El del Sistema Geológico de Estados Unidos sitúa al país en el décimo lugar dentro del ranking de países con mayores reservas de litio. Según el organismo, en México habría reservas identificadas por 1.7 millones de toneladas, suena demasiado, pero es apenas el 2.3% de las reservas mundiales. Bolivia, el líder en cuanto a reservas, tiene 21 millones de toneladas.
Con la publicación del decreto, el gobierno mexicano ya ha dado los primeros pasos para la conformación de la compañía estatal. Quienes no están de acuerdo basan sus argumentos en que el país no tendrá el capital suficiente ni la infraestructura para detonar el potencial del país. Quienes están a favor aseguran que con esto se evitará que se repita la historia que ha existido con la explotación de otros minerales.
La administración federal le ha dado al nuevo organismo un sinfín de tareas que abarcan toda la cadena productiva del mineral. Le ha conferido la tarea de elaborar todos los programas estratégicos para la exploración, explotación y aprovechamiento del litio; de desarrollar y ejecutar la investigación y todas las actividades geológicas; ubicar todas las áreas con posible existencia del mineral; y controlar todas las actividades relacionadas con el litio y sus productos derivados.
La nacionalización del litio corre el riesgo de quedarse solo como una promesa
La reforma a Ley Minera, aprobada en tiempo récord en el legislativo, ha encendido la esperanza de una nueva bonanza –como la que trajo el petróleo hace algunos años–, pero las variables para asegurar que ésta podrá hacerse realidad aún no son tangibles: los datos para afirmar que México es una potencia en el mineral aún no están del todo confirmados y el exceso de optimismo podría elevar las expectativas al grado de que no puedan ser cumplidas.
El cambio en el legislativo se ha dibujado desde el discurso político a la par de la expropiación petrolera o la nacionalización de la industria eléctrica. Los analistas no ven cómo casualidad que se haya aprobado apenas un día después de que la reforma eléctrica fuera rechazada. Las opiniones se dividen entre quienes creen que es importante la rectoría del Estado e incluir un nuevo modelo minero y quienes aseguran que el gobierno no tiene los recursos y el mineral no podrá ser explotado. El camino por recorrer aún es largo, lo que se sabe del litio, al menos en el país, aún es poco, y México apenas está dando los primeros pasos.
La primera gran expectativa se alzó en torno a la reserva de litio ubicada Bacadéhuachi
En Sonora. Hace cuatro años, en 2018, la inglesa Bacanora Lithium –que se hizo de la concesión hace más de una década– hizo un anuncio que encendió la primera parte del optimismo: el hallazgo de un mega yacimiento de litio, que, con reservas de alrededor de 243 millones de toneladas –como se anunció en ese momento–, llevaría al país a poseer el mayor depósito del mineral a nivel mundial.
El anuncio colocaba al descubrimiento por encima de uno previo en Hacker Pass, Nevada, con reservas probadas de 179 millones de toneladas. Pero la información se ha tergiversado, dice Luca Ferrari, un investigador del Centro de Geociencias de la UNAM y las 243 millones de toneladas son una combinación entre arcilla, litio y otros minerales.
Del yacimiento en Bacadéhuachi podrían extraerse sólo entre 4 y 5 millones de toneladas del mineral, dice el académico y la propia información de la empresa.
Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM
Esta cantidad no quita a la reserva el ser potencialmente comercial, pero exige replantear la expectación que se ha construido respecto al mineral, explica Ferrari. “Se está siendo demasiado optimista”, dice vía telefónica.
La importancia del yacimiento no está en duda
Su valor se confirmó cuando la compañía china Ganfeng –el mayor productor de baterías de litio del mundo– se hizo de la totalidad del yacimiento del estado fronterizo. Pero la producción no ha iniciado formalmente, y la empresa ha retrasado hasta inicios de 2024 el arranque, según sus últimas estimaciones. Pasarían casi seis años desde el anuncio del descubrimiento hasta la primera producción de litio. Esto debería poner en prospectiva, dicen los entrevistados, el tiempo que podría tomar al Estado mexicano explotar el mineral, toda vez que ha prohibido el otorgamiento de concesiones de litio y la participación –al menos por ahora– del capital privado.